Dice la ONU que anualmente se pagan aproximadamente un billón de dólares en sobornos en el mundo, más los 2,6 billones de dólares robados por corrupción, lo que equivale al 5% del producto interior bruto (PIB) mundial. Este costo es más perjudicial para los países en desarrollo (como el nuestro) donde el dinero que se pierde es diez veces mayor al dinero que se dedica para asegurar calidad de sus ciudadanos.